El porro
tradicional o campesino se suele clasificar en dos tipos o categorías
principales: “tapa'o” y “palitia'o”.
El “palitia'o”, oriundo
de las tierras del Sinú, toma su nombre según la versión más aceptada, por la
forma como se golpea con el percutor una tablilla incorporada al aro del bombo
o externa a este. Esto ocurre al momento en que el bombo queda en silencio y el clarinete toma el rol protagónico.
El porro
“palitia'o” se encuentra estructurado por cuatro partes o secciones: danza, porro,nexo preparatorio y “bozá”. Las danzas, de cortos compases, dan
inicio y fin a la obra como en una especie de anuncio que da entrada y salida
al porro propiamente y a sus dos partes principales.
La sección porro se
identifica por estar dominada por el sonido de la trompeta y la “bozá” por ser el momento
en que predomina el clarinete, y en que suele
suspenderse la percusión del bombo e iniciarse el golpeteo del palo sobre la
tablilla (el paleteo).
Estos elementos
característicos del porro “palitia'o” no están presentes siempre en todos los
temas. María Varilla, por ejemplo, que se ha llamado el himno de Córdoba, no posee las danzas de entrada y final.
Igualmente El Gavilán Garrapatero, Soy Pelayero y la Mona Carolina carecen de
la danza inicial, lo contrario de un Porro “tapao” como Roque Guzmán, que
cuenta con las danzas a su inicio y final, sin que por ello sea uno “palitiao”.
Por su parte el
porro “tapa'o” o sabanero por ser originario de las sabanas de los
departamentos de Córdoba, Sucre y Bolívar, se llama así por
la predominante forma como el ejecutante del bombo tapa con la mano el parche opuesto
al que percute, y carece de la sección “bozá”.
Musicólogos como Victoriano Valencia, han identificado
otros rasgos como la improvisación, a cargo de cada instrumento o grupo de
estos, que se da en las formas viejas del porro, del fandango campesino y también de la puya. Otros rasgos de las nuevas
composiciones porristicas destacadas por el mismo Valencia son: estrechamiento
de las secciones, ampliación del coro o su supresión y aceleración del ritmo.
El Porro,
género musical por excelencia del Bolivar grande, en su época de mayor auge,
fue el ritmo obligado para amenizar las fiestas desde la Guajira hasta el golfo
de Urabá. Esto indica que el Porro se dio en toda la Costa.
El maestro
Aquiles Escalante dice "que este aire musical fue cantado por grupos
negros a orillas del mar, y que su nombre provenía de un tamborcito llamado
"Porrito".
Cuando los
tambores africanos reciben el aporte melódico de las gaitas y traveseros, este porro
negro evoluciona enriqueciéndose con una dulce y añorante melodía. Este es el
porro que interpretan las cumbiambas de Córdoba, Sucre, Bolívar y Magdalena,
Pero esta melodía que prestan las gaitas es similar a las formas melódicas que
se escuchan en la Cumbia, en el porro y en la Gaita, por su compás 2/2 o
binario; solamente varía el ritmo.
En Córdoba y en Sucre este porro zambo hace
tránsito a las bandas de viento. Aquí en las bandas se enriquece melódica,
armónica y rítmicamente. Esto obliga a tomar una estructura diferente, lo cual
impulsa al compositor a crearle partes que antes no tenía. Y el hecho de
repartir la composición en varios instrumentos se ve en la obligación de darle
cuatro partes, que, son:
- Danza introductiva.
Esta parte es ejecutada por toda la banda, - Desarrollo del porro.
Esta parte se desarrolla mediante un diálogo entre trompetas, clarinetes y bombardinos. Las trompetas preguntan, clarinetes y bombardinos responden. - Nexo preparatorio.
El diálogo anterior crea en su parte final un nexo rítmico-melódico que desemboca en el recital de los clarinetes. - La "Bozá" o recitativo que improvisan los clarinetes.
Se dice que en esta parte se decanta, se amarra, el porro. De ahí la expresión "Bozá", o sea bozal que ata, que amarra.
Esta es la parte más sabrosa del porro palayero. Y se afirma que un porro sin partes de clarinetes no es porro. En el momento de la "Bozá" no suena el bombo. El ejecutante o bombero solamente palitea una tablita anexada al instrumento.
Estas cuatro partes no las tenía ni el porro negro
ni el porro zambo. Es una creación de los compositores pelayeros. Además vemos
que una característica de este aire musical es su forma improvisada. Nunca una
misma banda repite con exactitud la interpretación de un porro palitiao.
El nombre de porro viene de porrazo. Y dada la
ejecución de la porra se tocará un porro tapao o un porro palitiao.
Esta nueva estructura le da al porro una fisonomía
distinta que antes no tenía, lo que nos permite decir que estamos en presencia
de un nuevo género musical que denominamos Porro Pelayero. Su forma
instrumental ha influido en otros ritmos hasta el punto de tenerlo como
generador de nuevos aires musicales.
Por eso decimos: el porro pelayero por ser
instrumental no debe incluírsela letra, pues no es cantado. Su morfología hace
relación a cuatro partes muy definidas: danza introductiva, desarrollo del
Porro en sí, nexo preparatorio y bozá o recitativo de los clarinetes.
Se dice que estas partes del porro pelayero
expresan nuestra nacionalidad. En la danza introductiva se presienten los
bailes cortesanos de la vieja España. La segunda parte responde a las
exigencias del bombo, o tambora, instrumento que impone el ritmo africano que
lo influye y lo domina. En la tercera parte, cuando los clarinetes dan su recital,
la voz tonal de este instrumento nos recuerda el añorante canto de las gaitas
indígenas. Es así como entran en nuestro folclor las tres razas que conforman
la nacionalidad: el español, el africano y el americano indígena. Otro aire
musical colombiano no tiene tan equilibrados los elementos raciales de nuestra
cultura, como sí lo tiene el Porro.
Porro Tapao o Sabanero
La diferencia entre esta clase de porro y el
pelayero hace relación al procesamiento de la obra musical. Mientras que el
pelayero es un porro espontáneo, rural, de interpretación libre y emotiva,
donde solamente permanece el tema y varía el arreglo de acuerdo al momento
emocional y por la agitación y solicitud de los danzantes, el Tapao o Sabanero
exige más cuidado en la interpretación puesto que debe seguir una partitura.
Este porro sabanero es urbano, de arreglos fijos y determinantes y admite el
baile de parejas cogidas. No permite que se varíe su interpretación. Hace
tránsito a la orquesta sin sufrir modificación alguna, a veces posee letra y
entonces permite ser cantado.
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